La Garrotxa es una comarca de una gran belleza y riqueza paisajística. En su parte Alta reúne en poco espacio multitud de valles estrechos dotados de gran singularidad.
Uno de ellos, será objeto de nuestra ruta: Sadernes.

Una excursión perfecta desde primavera hasta otoño, incluso en los cálidos días de verano que propiciarán algún que otro chapuzón es sus gélidas pozas.
Recorreremos distintos escenarios a través de los cuales apreciamos un puente medieval al inicio de la ruta y las ruinas de un antiguo molino de río recordando otros tiempos, otras vidas en la zona. Al poco rato llegamos a una presa donde podremos hacer una parada aclimatada. El camino transcurre entre bosque y resulta muy agradable por la fresca humedad de esta senda.
Otros puntos a destacar de esta ruta son la ermita de Sant Aniol d’Aguja, el Salt del Brull, y un mirador con vistas al valle justo antes de iniciar el camino de vuelta.

Ésta és, en definitiva una ruta apta para todo el mundo, sin ninguna dificultad marcada más que el tiempo de recorrido, el cual es tan variable como adaptable a todos los gustos.
La ruta que proponemos en un inicio es lineal llegando a los 15 km aproximadamente para poder ver desde el mirador todo el valle.
Volver por el mismo camino de ida, no es menos atractivo y disminuye un grado su nivel de demanda física, pues existe una ruta circular que la hace algo más exigente.
Así pues, tenemos una actividad de unas 5 a 8 horas.